martes, 25 de octubre de 2011

El Noveno Dia (Der neunte Tag/2004)

El director alemán Volker Schlöndorff toma aquí un dramático episodio de la Segunda Guerra Mundial que no registra antecedentes, en materia cinematográfica: sacerdotes prisioneros en campos de concentración por oponerse al régimen nazi o simplemente por pertenecer a países conquistados por el fanático de Hitler. Basado libremente en el diario que Jean Bernard escribió en prisión, El noveno día narra el conflicto moral al que es puesto a prueba Henri Kremer (Ulrich Matthes), abad luxemburgués de buena familia, quien se encuentra privado de su libertad en Dachau junto a otros religiosos en una barraca exclusiva para ellos. Los castigos corporales y las humillaciones que allí sufrieron fueron ruines, viles e impiadosos y sólo su fe en Dios les permitió a algunos sobrevivir un tiempo en esa deleznable cárcel ideológica. En ese contexto de horror no faltaban desde ejecuciones sumarias, torturas psicológicas y hasta incalificables crucifixiones. Kremer padece este calvario con mucho miedo pero eso es sólo el preámbulo para un problema aún mayor.

En Dachau se presenta un oficial de la Gestapo con la orden de darle un permiso especial por nueve días para que el sacerdote pueda asistir al funeral de su recién fallecida madre. Kremer sale del campo de concentración con el peso de saber que en sólo unas horas su retorno al mismo es inevitable. No obstante, muy pronto se sabe de los verdaderos planes de los nazis que pretenden convencer por la fuerza a Kremer para que interceda ante el obispo de Luxemburgo y que éste lleve su palabra al Papa Pío XII para llegar a un acuerdo entre la Iglesia y las autoridades alemanas y que aquella le dé el visto bueno públicamente al régimen liderado por el Fuhrer. Caso contrario, le jura el oficial de los SS Gebhard (August Diehl), hará asesinar a su hermana, cuñado y demás familiares y, como si no le alcanzara al muy sádico, a todos sus infortunados compañeros de Dachau.

Schlöndorff ha construido con sobriedad el minucioso Vía Crucis de este hombre escindido por la responsabilidad que le toca en suerte en medio de la cruenta contienda. Kremer duda y por momentos sus ojos alucinados nos dejan entrever el abismo negro al que se enfrenta sin saber muy bien cómo hacerlo. Ulrich Matthes cumple en ese rol una de las más destacadas actuaciones de la historia del séptimo arte. Cuesta creer que este clérigo compasivo ha sido compuesto por el mismo actor que le dio vida al desequilibrado Joseph Goebbels en La caída. Además del aspecto físico indispensable (para el cual debió perder bastante peso), hay una descomunal labor interior de Matthes en la que su tortuoso personaje convence con creces. También se destaca August Diehl como el Némesis de Kremer alternando estallidos violentos con momentos de calculada suavidad (aunque siempre severa).

martes, 18 de octubre de 2011

El Luchador (The Wrestler/2009)

El director Darren Aronofsky junto con Mickey Rourke y Marisa Tomei en lospapeles principales de este film, completan un equipo delante y tras las camaras para darnos un drama pequeño, una historia que vemos a diario, pero tal vez por eso mismo interpela nuestra razón y nuestra emoción.

Quien no recuerda los programas de lucha en televisión. Lugar donde los buenos y los malos se trenzaban en duras batallas en las que era muy claro de que lado estaba cada uno. El Luchador se mete en ese mundo de la mano de Ray Robinson (Michey Rourke), y a partir de allí nos cuenta una historia de perdedores en los que los lugares de los "buenos" y los "malos" socialmente hablando no están tan claros.

Ray Robinson llegó a ser un reconocido luchador de catch en los ochenta, luego venido a menos en los "aborrecidos 90s" como el mismo lo dice en la película, para terminar formando parte de un circuito menor del espectáculo de catch, con una pobre paga. Todo esto reflejado en su presente de lucha para poder sobrevivir económicamente, haciendo también trabajos como peón de carga y descarga.

De pronto Ray, luego de un show, tiene un ataque cardíaco que lo lleva directamente hacia un bai-pass con la recomendación médica de que deje la lucha por un trabajo más tranquilo si pretende vivir un tiempo más. Este hecho de pronto le hace tomar cabal conciencia de los solo que está y entran en escena otros dos personajes: una bailarina de cabaret, Cassidy (Marisa Tomei), que Ray conoce a fuerza de frecuentar ese tugurio, y con la cual irá construyendo una relación más intima que la sexual; y una hija abandonada por él hace años y con la cual pretende reconstruir los lazos filiales al saberse muy enfermo y con posibilidades ciertas de abandonar este mundo más pronto que tarde.

El mundo del catch sin glamour, desde adentro, mostrado como un oficio, un trabajo más donde miles de hombres se ganan la vida; la historia de este héroe que encarna en la ficción de la lucha al ganador , y que es un perdedor en la vida real; y las dos historias que entroncan con esta: la del amor filial por un lado, y el deseo de un poco de ternura y compañía por otro, hacen a esta película atractiva, interesante y entretenida. ….No está de más decir que la posibilidad que le da la historia al perdedor de redimirse y tener su momento de triunfo y gloria en la vida real, nos esta diciendo que el orgullo y el heroísmo anida en cada "perdedor" de la sociedad.

jueves, 13 de octubre de 2011

Ser Digno de Ser/ Vete y Vive (Va, vis et deviens/2004)

En 1984, Estados Unidos e Israel organizaron la "Operación Moisés", un proyecto en el que se conducía a la comunidad etíope judía (falashas) hacia el país semita. Parten desde un campamento en Sudán al que han llegado refugiados africanos de más de veinte países. Entre ellos, se encuentra una madre cristiana que convence a su hijo para que diga que es judío y así poder escapar de una muerte segura sin alimento, sin bebida y sin protección alguna por parte de los gobiernos.

El niño llega a la Tierra Prometida donde es acogido por una familia francesa-sefardí de Tel-Aviv; allí debe ocultar su verdadera identidad, que es un simple niño negro, hasta convertirse en un judío más. Cerca de 8.000 etíopes cruzaron la frontera con Sudán para ser evacuados por los ejércitos americano e israelí. La mitad de ellos murieron de hambre, agotamiento o asesinados.

El director Radu Mihaileanu (El tren de la vida) quería reflejar el drama de miles de personas ante una de las diásporas más dramáticas del siglo XX. El humor y el drama se conjugan creando un equilibrio que interpretan a la perfección Yael Abecassis (La herencia), Roschdy Zem (Mi pequeño negocio), Moshe Agazai, Mosche Abebe y Sirak M. Sabahat.