martes, 23 de agosto de 2011

Domicilio Privado (Private/2004)

Tenemos ante nosotros la opera prima del italiano Saverio Costanzo, Domicilio Privado (2004), una muy interesante película que analiza el duro conflicto entre palestinos e israelíes a través de la historia de una familia árabe que se ve obligada a cohabitar con un comando del ejercito israelí.

    
La familia B. vive en una casa localizada a mitad de camino entre una villa palestina y una colonia israelí. Está conformada por siete personas: 3 niños, 2 chicas y los padres, Mohammad (Mohammad Bakri) y Samiah (Areen Omari). El padre, director de una escuela secundaria, es un idealista que defiende la paz y la resistencia no violenta. Su ideología y valores serán puestos a prueba cuando su casa sea ocupada por el ejercito israelí como punto defensivo y de enlace. Ante la negativa de Mohammad frente a la opción ofrecida por los soldados de irse, la familia completa se convierte en rehén del comando militar, que los obliga a moverse solo por la planta baja y a permanecer encerrados durante las noches en un cuarto del primer piso. Toda la situación de a poco se vuelve insostenible y las dos posibles respuestas van ganado y perdiendo adeptos dentro del circulo familiar: la resistencia pasiva, encabezada por el padre, o la reacción violenta, el viejo "ojo por ojo", encabezada por el hijo mayor y la propia madre.
    
Como drama psicológico alrededor de los numerosos conflictos que genera un encierro en tiempos de guerra, Domicilio Privado se desarrolla en un único ámbito, la casa ocupada por las tropas. Desde ya el minimalismo y la fuerte impronta actoral determinan los rasgos formales del film, el cual se apoya fundamentalmente en un muy buen guión, detallista y revelador, y en las excelentes actuaciones de todo el elenco, destacándose sin lugar a dudas la de Mohammad Bakri como un padre convencido que el entregar la casa es perder su dignidad y también equivalente a entregar a su familia al odio hacia los judíos.
    
La película retrata el progresivo hastío del clan frente a la invasión del campo más apreciado y personal, el privado. La lenta destrucción de la vida particular de cada uno de los integrantes de la familia, forzados a permanecer en una jaula conocida pero ahora acribillada constantemente a balazos, es el centro de un film que no demoniza ni juzga a ninguno de los dos bandos, tratando de ser neutral con el fin de que el espectador saque sus propias conclusiones y tome sus propias decisiones, al igual que lo hacen los protagonistas.